la Buena Noticia!

Alleluia Ele está vivo!

Frente a los grandes “por qué” de la vida, dos vías se nos ofrecen: continuar mirando de modo melancólico las tumbas de ayer y de hoy, o dejando a Jesús acercarse a nuestras tumbas. Sí, porque cada uno de nosotros ya tiene una pequeña tumba, una zona un poco muerta en su corazón: una herida, una culpa(daño) sufrida o hecha, un rencor que no deja tregua, una remuerde quién todavía vuelve y todavía, un pecado que no se logra sobrepasar. Identifiquemos hoy las pequeñas tumbas que tenemos dentro de nosotros y allí, invitamos a Jesús. Es extraño, pero a menudo, preferimos estar solos en las cuevas oscuras que tenemos en nosotros, en lugar de invitar a eso a Jesús; somos intentados buscarnos siempre yo mismo, rumiando y zozobrando en la angustia, lamiendo nuestras heridas, en lugar de irle, que dice: ” Venganme, ustedes todos que penan bajo el peso de la carga, y yo, les proporcionaré el descanso ” (Mt 11, 28). No nos dejemos encarcelar por la tentación de quedar solos y desalentados en llorar sobre mí mismo para lo que nos llega; no cedamos a la lógica inútil y poco concluyente del miedo, a repetirnos, resignados, que todo anda(sienta) mal y lo que nada es más como en otro tiempo. Se trata allí de la atmósfera de la tumba; ¡ el Señor desea al contrario abrir vía la vía de la vida, la del encuentro con Él, de la confianza en Él, de la ressurección del corazón, la vía de ” Levántate! ¡ Levántate, ven fuera! ” He aquí lo que el Señor nos pide y está en nuestros lados para hacerlo.

Papa Francisco El domingo, 2 de abril de 2017


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