Grandbourg – hoy

Nuestra vida

nuestra vida es en primer lugar interior, vuelta hacia el Señor: velar en la fe, esta es nuestra misión, permanecer en la presencia del Señor, presentarle a todos aquellos que nos rodean: la comunidad, la ciudad, el mundo; dar gracias por las maravillas que El hace, es la oración que nos anima, oración personal y comunitaria alternadas, fundamentada en la fuente viva de la Palabra de Dios. Irriga nuestra vida fraterna. Nuestra liturgia: a partir de 1975, Magdalith, de origen judío, renuncia a su carrera artística y llega a la Solitude. Compone las melodías de nuestra liturgia, en referencia a las gregorianas que tienen su fuente en la liturgia sinagogal. Vivimos en comunidad, sosteniéndonos en lo cotidiano y en las fragilidades; nos acogemos en la fe, descubriendo así las maravillas de Dios que una hermana expresa en su obra pictórica, fruto de la oración. Felices de estar atentas a la escucha de la Palabra de Dios, tratamos de responder al deseo del Padre Teodoro Ratisbona de ser un espacio de alabanza y de intercesión para la Iglesia y para el mundo. El día está orientado por la atención a la Presencia de Dios en el Santísimo Sacramento -expuesto todos los días- y la Palabra de Dios. “La Palabra Divina, encarnada de cierta forma en la Escritura, tiene cierta analogía con el Pan Eucarístico” (P. T. Ratisbona). Cada una tiene un tiempo prolongado de lectura/estudio bíblico cada día, y un tiempo de oración personal por la mañana y por la tarde. Nuestra espiritualidad: “La caridad es el signo distintivo de las Hijas de Sión… La palabra “Sión” deberá ser para ustedes el sinónimo de caridad, porque la caridad es a las otras virtudes lo que Sión es para Jerusalem” (P. T. Ratisbona). Durante el desayuno escuchamos noticias, información dada por una de nosotras. “Los acontecimientos del mundo y nuestras experiencias nos urgen a escuchar el grito de los oprimidos y con nueva fuerza, la llamada de Dios a cumplir la justicia” (Const. 15). Nuestra inserción en la diócesis: Es una alegría “escuchar” la vida de la diócesis, especialmente a través de los sacerdotes que presiden la Eucaristía en casa y que nos gusta acoger, y llevar a la oración los acontecimientos de la diócesis. Nuestra misión: El Padre Teodoro Ratisbona funda en 1842 la Congregación de Nuestra Señora de Sión para ser testimonio en la Iglesia y el mundo de la fidelidad de Dios a su amor por el pueblo judío, y recordar a los cristianos sus raíces judías. Estar abiertas a la realidad del pueblo judío y atentas a la manera cómo los judíos interpretan la Biblia. Estamos en contacto con el Servicio Diocesano para las Relaciones con el Judaísmo. Tenemos encuentros con dos rabinos de Essonne. Nuestro trabajo: hacemos repostería, tarjetas con flores deshidratadas y decoración de velas. Acogida: La capilla está abierta todo el día. Acogemos a quien desee unirse a nuestra oración. Tenemos cuatro habitaciones a disposición de personas que quieran hacer algunos días de retiro.