Nuestros Origenes

Teodoro Ratisbona nació en 1802 en Estrasburgo, hijo de una familia judía de origen alemán en vía de asimilación. Desde su adolescencia se preocupó por la búsqueda de la verdad. A los 20 años comenzó a descubrirla al lado del Profesor Louis Bautain, cuya filosofía estaba inspirada por una visión bíblica del mundo y de la historia; y al lado de Madeleine-Louise Humann, mujer inteligente y de gran corazón, cuya vida de fe se enraíza en la Sagrada Escritura. Teodoro descubre a Jesucristo, quien llega a ser el centro de su vida. En El, Teodoro percibe la continuidad de los dos Testamentos y comprende que Dios es amor. Estas tres palabras hicieron la unidad de su existencia cristiana y su vida sacerdotal hasta su muerte, el 10 de enero de 1884.

Después del 20 de enero de 1842, fecha en la cual su hermano menor, Alfonso, recibe súbitamente, por medio de Maria, la gracia de la fe cristiana, Teodoro comprende que el momento ha llegado de comenzar la obra para la cual él se sentía ya irresistiblemente atraído: cooperar al designio de amor de Dios sobre el pueblo judío.

El comienza una obra que corresponde a una necesidad del momento y que está de acuerdo con cl pensamiento de la Iglesia de esta época. En Paris, en septiembre de 1843, Sophie Stouhlen y sus compañeras, bajo la dirección del Padre Teodoro, inician la educación de algunas muchachas judías que les son confiadas por sus familias. Muy pronto estas educadoras piden comprometerse en la vida religiosa. Es el comienzo de la Congregación, que recibe de la Santa Sede la primera aprobación de su Regla, el 8 de septiembre de 1863.

En esta Regla de 1863, el Padre Teodoro prevee la existencia de las hermanas contemplativas, cuya primera comunidad se forma en 1926 bajo el impulso de Mère Christine