Inserción en un medio Pobre

Hace trece años que estamos insertas en un municipio delNordeste, Divina Pastora, en Sergipe 39 kilómetros de Aracajú, enun medio pobre, en el que tratamos de vivir siempre mejor larealidad de nuestra vocación de religiosas contemplativas de Sión, através del testimonio comunitario de oración y vida fraternaresponsable, abierta a los demás. El medio en el que vivimos nosinterpela y nos anima a vivir muy simplemente, sin crear exigenciassuplementarias; vemos a nuestro alrededor personas que viven conlo mínimo esencial y luchan por conseguir un empleo difícil de encontrar. Nuestra inserción sensibiliza a varias personas conocidasdel exterior que, gracias a lo que relatamos sobre las necesidades delos pobres, envían ayuda material, ya sea dinero o ropa. Tenemosaquí amigos que entregan esos dones a las familias necesitadas. Así, algunas veces son las casas que están en mala situación, las que reciben una mejoría (el techo agujereado, por ejemplo), otras veces con el dinero se compran medicamentos que no se encuentranen el dispensario, consultas a oculistas y ayuda para la compra de anteojos. También algo del dinerorecibido se dedica para ayudar a los jóvenes que estudian: varios ya aprovechar on de esa ayuda para seguir cursos de informática o cursos técnicos, después de los cuales consiguieron empleos; actualmente un joven está terminando la facultad que paga con su trabajo pero ese complemento lo ayuda; esos jóvenes no saben de dónde les viene la ayuda pues nos interesa guardar el anonimato. Lafe de este pueblo simple y humilde nos interpela. A vécés son persona que viven en la periferia de laIglesia. Últimamente vino a vernos una señora que el año pasado había pedido una ayuda para laescuela de sordomudos frecuentada por su hijo, que estaba amenazada con cerrar por falta de recursos. Esta vez, ella quería compartir la experiencia de una gracia alcanzada por intermedio de Nuestra SeñoraDivina Pastora. Se curó de un problema de los riñones, los médicos cancelaron la operación que había sido marcada con urgencia. En nuestras liturgias incluimos especialmente todas las intenciones de este pueblo receptivo y acogedor, sufrido y sediento de Dios, siempre en búsqueda de algo mejor. Sabemos que para muchos la presencia de esta vida contemplativa al lado de elloses fuerza y les da valor para seguir caminando.

Sor M. Hermínia da Silva y Sor Madalena Maria da Costa Carvalho Vidigal


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