Curitiba – Historia

Un poco de historia

Había en los alrededores de Curitiba una hacienda llamada HACIENDA SANTA BARBARA, perteneciente a las familias Ferreira da Costa y Martins Franco. Dr. Arthur Martins Franco, padre de Sor Belém, propietario de una parte de las tierras. La familia del Dr. Arthur tenía costumbre de ir a descansar allí los fines de semana.

Sor Belém nos ha contado que desde su infancia, cuando iba a Santa Bárbara, le gustaba orar y soñar en un lugar de oración sobre una colina de la hacienda.

Después de haber terminado sus estudios en el colegio Cajuru, descubrió que el Señor la llamaba a la vida religiosa en Sión donde había estado al principio de su vida escolar. Tuvo que interrumpir porque el colegió de Sión fue cerrado por un tiempo.

Después de los años de noviciado en Petrópolis, hizo su profesión religiosa y fue enviada en misión al Colegio de Sión de San Pablo, avenida Higienópolis, como educadora. Pronto fue nombrada orientadora de las alumnas de Normal.

En los años 1947 – 1948, la Madre Scolastique, Consejera General, en su visita a San Pablo, ella le expresó el deseo de una vida contemplativa. La Madre acoge la idea, pero nunca más se habló de esto, el donativo influenció más adelante en la decisión para fundar una comunidad contemplativa en Brasil.

El deseo de vida contemplativa maduró lentamente y, un día, lo expuso a su confesor, el canónigo Antonio María Alves de Siqueira que no tomó en consideración. Pasaron siete años sin que el tema fuese abordado. Cierto día le dijo: “De ahora en adelante será el Espíritu Santo quien va a ser su director…” El mismo día escribió a la Madre Amédée solicitando pasar a la vida contemplativa.

En 1950 recibe la autorización para ir a Francia, Grandbourg. Sor Belém comenzó el tiempo de noviciado, ahora bajo la dirección de la Madre Christine que era la superiora y maestra de formación.

La Solitude en Curitiba

En enero de 1957, Sor Belém y Sor Anne Joseph llegaron de Francia para estudiar la posibilidad de una fundación en Brasil.

Se presentaron varias opciones, pero no adecuadas para un convento. Recuerdan entonces el sueño de una casa de oración en la hacienda Santa Bárbara…

El Dr. Arthur Martins Franco ofrece un bello terreno en la colina, donde fue construido el convento “Solitude”, con la bendición del arzobispo Don Manoel da Silveira D’Elboux. Además, esta parte del terreno estaba destinada para la herencia de Sor Belém.

La Madre Isabel era la Provincial; acogió el proyecto con mucho amor. El mismo año comenzó la construcción del convento bajo la supervisión del Dr. Arthur Martins Franco y el Dr. Joaquin Monteiro Franco, hermano de Sor Belém. Fue seguida muy de cerca por la Madre Geralda, superiora del Colegio de Sión de Curitiba.

El 27 de noviembre de 1958, fiesta de la Medalla Milagrosa, tuvo lugar la fundación de nuestra Solitude de Curitiba, la primera en tierras de misión, es decir fuera de la vieja Europa.

Fueron enviadas para la fundación:

Sor Belém, brasileña de Curitiba, Responsable de la comunidad por varios años.
Sor Silvia María, brasileña
Sor Veronique Marie, francesa
Sor Marie Yvonne, francesa
Sor Bernadette Marie, del norte de Italia

27 de noviembre de 1958:

5 a.m. levantarse. 5.30 a.m. Laudes, luego el desayuno. La celebración tendría lugar a las 9 a.m. Últimos preparativos; las Hermanas del Colegio llegan y llevan lo necesario para el café, nos ayudan a preparar la mesa. Don Manoel, arzobispo de Curitiba, llega con dos sacerdotes: el que dirige la ceremonia y el ayudante. También algunos jesuitas se presentan, así como el padre y una hermana de Sor Silvia María; los padres y otros familiares de Sor Belém, así como amigos y muchas religiosas. Algunos familiares de la Madre Isabel también nos acompañan.

En la homilía, Don Manoel manifiesta su gran alegría por esta fundación, justamente es el día “de Acción de Gracias”.