sino de todo lo que sale de la boca del Señor.

El tiempo de la cuaresma, un camino de vida.

Hace falta cada días separar algunas tapadas de la lectura diaria y confiarla al estómago de la memoria: un paso que se digiere mejor, y que, recordado a la boca, será objeto de una rumia frecuente: un pensamiento más en contacto con nuestro género de vida, capaz de sostener la atención, de encadenar con el alma y de hacerla insensible a pensada extranjeros.

Guillaume de Saint Thierry (carta de oro P 241-SC n°223)


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